primera hora de la orquídea
Lo dijo Ludwing Feuerbach hacia fines del siglo XVIII: uno es lo que come.
Montecarlo, capital de la orquídea. Uno de los laberintos más grandes de Sudamérica. 1715 metros de ligustrina, dos caminos, 510 esquinas ciegas, una salida. El principal atractivo turístico de la zona sufre un ataque de hormigas mineras. Se duda de que se pueda recuperar su dibujo hasta tanto los insectos sean controlados. El gobierno provincial llama al museo y la directora les da mi número. Me parece natural aceptar/ me parece irregular aceptar.
Me mudo a Montecarlo con mi familia (Boris no tiene familia, salvo Presa, su perro).
Estoy loco y no tiene nada de malo. ¿Por qué escribo así, como en una distancia que se dispara para cualquier lado? Siento que el laberinto se trasladó al hormiguero (sus hojas fermentan el hongo que las alimentará). Traje el formicario para observarlas una vez que las atrape.
Aeropuerto Internacional Cataratas del Iguazú, 8.30 am.
Alud de mosquitos.
Temperatura indocumentada.
hora tres de la orquídea
En Montecarlo me recibe la comisión
y un delegado de la Intendencia
Quieren mostrarme, sin preámbulos, el plano
Me niego porque no necesito ningún plano;
todo laberinto, desde la Antigüedad,
es la proyección del sistema límbico: el deseo
Nadie festeja la alocución salvo el delegado
El laberinto tiene dos arterias principales:
Dyaguá-eté (verdadera fiera)
y Mamboretá (tatadiós o mantis)
En cada esquina ciega
aparece una palabra en guaraní
Quiero sacarle una foto
pero dejé el celular en el hotel
Luego me conducen al parque, subimos al mirador,
y desde una altura de cuarenta y ocho metros
observo las tres hectáreas de ligustrina maltrecha
rodeadas por una oscura selva subtropical
A unos dos kilómetros observo
un banco de neblina
que se eleva y decanta
formando una suerte
de hongo exterminador
“Es un salto de agua”, explica el delegado
En el plano la salida está borroneada
Hombre mirando al sudeste
Un hombre que dice ser un holograma
dirige una orquesta
y hace bailar a todo un manicomio
a cincuenta kilómetros de distancia
¿Cómo es posible?
Las sustancias químicas
que le dan sustentabilidad al conjunto
se reagrupan
y generan otra entidad:
una nueva categoría psiquiátrica,
la confirmación de que un pájaro vuela
porque adentro se oculta otro pájaro
Nada original:
ya se inventó el dispositivo que jugaba al ajedrez
(un hombrecito, escondido, movía las piezas)
Nada original:
se sabe que para ser director de orquesta
hay que estar potencialmente loco
(la cuerda entre los ojos levemente tensada)
y que para dejar de matar
basta con que se cruce un caracol
entre objetivo y mirilla
(el ruido del mar
es girar sobre uno mismo:
apuntarse a la cara,
reconocerse en un cuerpo fuera de foco,
levísimo, como de ave)
Otra película que me hubiese gustado filmar:
un primer plano
de una mantis religiosa
comiéndose un canario
El canario sería la mano disfrazada
de un actor de renombre,
pongamos, Jean-Louis Trintignant,
del que me haría compañero de copas
Y todo para que me pases a buscar en taxi
(a Trintignant, la mantis,
al hombrecito y a mí), sobre el empedrado,
en una tarde lluviosa
El mar
Escucho que alguien me habla sobre alguien
Le contesto sobre esa persona,
la cual conversa, a su vez, con alguien
que habla sobre alguien
que le responde
y le contesta y le responde
La cadena no es absurda
porque los extremos se tocan
y todo sucede en la misma casa, a la misma hora
Media hora antes habíamos compartido la mesa,
ingerido el pavo adulterado
Alguien dijo que lo absurdo
y, por ende, trágico
o verdadero
es el punto de no retorno
que cada uno tiene
y casi siempre ignora
Se invitó a que cada quien dijese el suyo
pero sólo hubo silencio,
un silencio que nos hizo ver
que realmente estábamos solos
Luego aludí al hecho de contemplar el mar
cuando está planchado
porque es una masa de agua grotesca
que no debería estar ahí
en tanto matriz ilusoria
El profesor
En un libro perturbador,
Souriau dice que los insectos
tienen un sentido estético
desarrollado. Y lo prueba.
Lo demuestra a lo largo de todo un semestre
Tanto en su seminario de Lyon
como en las escalinatas de la Sorbona
Se comenta que el argumento
más escandaloso, pero convincente,
se expuso en un estado de completa ebriedad
Que una discusión con un alumno
terminó en un forcejeo
No lo podían contener
cuando el joven aplastó
-se disputaban el amor
por la vestuarista
del Teatro de la Huchette-
una hormiga, en plena clase
Las cuerdas
El director de un manicomio
se vuelve loco
y es desplazado de su cargo
Un interno consigue el alta, estudia medicina
y gana el concurso
para el puesto de director
de la misma institución
Si logramos detener el vaivén de las cuerdas
en un punto a determinar,
observaremos a un sujeto
poniéndose saco y corbata
y a otro, al que cubren
con un guardapolvo gris, mal planchado
Podríamos ir un poco más allá
e imaginar que esas dos prendas
se mudan de un cuerpo a otro
(sin intermediarios)
mientras un pájaro mal dormido
al que se le ven las tripas
ocupa la distancia entre nosotros
Imagen: Jeff Olsson
Publicado originalmente por Volcán de agua, editorial artesanal independiente y autogestiva de poesía, artes visuales y música. Algunos de sus próximos títulos: Pianista acompañante, de Eduardo Rezzano y Ciudad huevo, de Horacio Fiebelkorn. Además de libros artesanales y fanzines, cuentan con una colección itinerante de creación colectiva, libros ideados en bibliotecas populares en los que participan autores y lectores.
Mail: volcandeagua.editora@gmail.com
Localidad: Ensenada, Buenos Aires, Argentina
Ig: @volcan_de_agua
Web: https://volcandeagua.tumblr.com/
Debe estar conectado para enviar un comentario.