PANOS COSMATOS SOSTIENE UNA ESTAMPILLA DE OTAWA

LAS MONTAÑAS SOMBRÍAS
oscurece
en esta tierra de riscos
los árboles
se desploman a sus pies
suena el timbre
y fuma un cigarrillo
en casa
nadie prepara la cena
galaxias enanas
en el patio trasero
agotadores días de pesca
un cuadro del invierno
te devora como rosquillas
dos sueños
de distintas personas
reciclados por un dios deforme

HIJOS DEL NUEVO AMANECER
este bosque
toca una música imperceptible
no empala cabezas en picas
ni llena de feligreses
ninguna gruta
sus rostros
se imprimen con locura
rocas esculpidas de un asteroide
como larvas girando en un agujero
el cielo se desmorona
y el aire rechifla un vacío
toman la siesta en medio
de un magma nocturno
el tiempo magulla
una espiral de recuerdos
las risas cavan una tumba
y asan malvaviscos en el fuego

MANDY
1
se libra del cautiverio
demasiado tarde
sus ojos
son burbujas negras
que orbitan en sus cuencas
el bosque
es un cristal de azabache
que se repliega
y desaparece entre las cenizas
todo fragua
sobre cráneos negros
trepanados para encender cigarrillos

2
su dolor
se sumerge
en la baba de un tigre
que se arrastra dentro de una jaula
la sangre se agita
y navega como un impala
un plasma que chorrea y se expande
hasta devorarte el rostro
si seguimos la ruta
llegamos a un espejismo
otro socavón iluminado
por una estrella negra
aquí terminan
todos los mensajes cifrados:
esos crucigramas en braille
que jamás resolvió
en el desayuno
teje una chambrita
donde guarda el corazón extirpado
y nos regala un cuadro:
una motosierra
con dientes de marfil
desgarra vísceras
a las afueras de una iglesia
luciérnagas observan en la lejanía

3
al final
su plegaria desciende helicoidal
sobre una especie extinta
de humano
la trama exige
decapitar a los fieles
Panos sostiene una estampilla:
la iglesia arde
el ciclo reinicia
los caminos del bosque desaparecen

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