
Ayer estuve rabioso
por el hachazo en mi pecho
Ayer tuve ganas de perderme
por el hachazo en mi pecho
Ayer recordé a Jorge,
y lo que un día me dijo al oído
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ahorcar mis entrañas anhelo
Ayer recordé a Jorge y lo que me dijo
cuando se retiró de mi oído
siete son los días de la semana
Ayer pensé en Jorge y sentí
un vacío en el estómago
Siempre me pregunté si estaba loco
lo consideraba desdichado
una persona desdibujada
llena de zonas grises
Ayer escribí para ti lo siguiente
construiré un altar
para que incineres ahí
mi retrato
si es que viene la guerra
y me desintegran
Ayer hice un avión de papel con ese manuscrito
Ayer escribí tu nombre en un alerón
tu dirección de Facebook en el otro
Ayer quise ir a verte
darte el avión
y todas las cartas que te he escrito
que son bastantes
ya más de cincuenta
Ayer pensé que
es mejor dejarlo así
Entiendo que te hayas ido
Yo soy monstruoso;
tal vez me descubriste así
en mi forma natural
y te asustaste
pero te echo de menos
quiero verte
coger contigo
nada me fascina
más que eso
sentir cómo te vienes
cómo me salpicas
después
verte durmiendo
escucharte roncar
Ayer me sentí
profundamente triste
decidí no escribirte más
Ayer imaginé a los poetas policías
burlándose de esto a carcajadas
Ellos son perfectos
bellos y muy buenos, casi santos
jamás se rasparon las rodillas
jamás tendrán un error
Qué se le va a hacer
si a ellos Dios los besó
y a mí me lanzó un escupitajo
Qué se le va a hacer
si a ellos Dios los hizo así,
policías conservadores,
apóstoles del buen gusto
y a mí me dio encomiendas en el rastro
liquidé reses, cerdos, aves
con mis manos
Está bien si se burlan
Está bien si son jueces despiadados
Ayer recordé a Rogaciano
el perro que se tragó a tu gallo
Tu abuelo te regaló un gallo
Le pusiste de nombre Chaparro
El gallo se hizo mejor amigo de un pato
y eso te hacía gracia
Tu tío llevo el perro a tu casa y no lo ató
bajaste al patio y se estaba tragando a tu gallo;
qué curioso suena esa palabra, Rogaciano
Ayer pensé en mi madre
La recordé persignándome
en los portones del jardín de niños
qué bonita era
qué sonrisa tan hermosa tenía
la extraño muchísimo
me duele que se haya ido;
ya nunca la veré otra vez
me odio por no haberme ido con ella
Ayer, durante el almuerzo
discutí con mi papá; lo amo mucho
no entiendo por qué peleamos así
Cada que sucede me siento una mierda
o peor que eso
Podría morir luego de una de sus caricias
nada me tranquiliza más que eso
aunque él, por lo regular
evita el contacto físico conmigo
Ayer soñé a mi hermano muerto
Llevaba años sin aparecer en mis sueños
Me abrazó, me pidió unos cigarros
y se despidió diciéndome que acamparía en un balneario
Le pedí que no se fuera
Le dije que me preocupaba,
que podía ahogarse,
que me dijera dónde vivía
y por qué se había ido
Intenté retenerlo, tomándolo del brazo
pero su cuerpo era de vapor
donde él estaba quedó un charco
Desperté ciego, temblando de zozobra
Ayer soñé a mi madre
Todo su cuerpo
era de luz amarfilada
Me levantó del suelo
y me dio un beso en la nariz
Todo mi cuerpo lloraba
y las lágrimas que escurrían de mí
eran como ella, de luz amarfilada
Ayer platiqué con una tortuga calva, enorme
Me decía lo siguiente
Hola, mi nombre es Sinéad O’ Connor
nadé hasta aquí desde Irlanda
Llevo más de cincuenta intentos de suicidio
y puede ser que le haya heredado
ese patrón de conducta a mi hijo
Su nombre es Shane
Escapó del psiquiátrico solo para
ahorcarse aquí, en este bosque congelado
La prensa internacional quiso castigarme
Yo, hábilmente, responsabilicé al hospital,
por no tener un sistema de seguridad eficiente
Ayer me soñé asfixiando manatíes
y se sentía muy bien
Ayer tuve valor, me até el cinturón al cuello,
salté, descansé del hachazo.
Imagen: Julia Soboleva

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