Ayer estuve rabioso. Israel López Solano

 

Ayer estuve rabioso

por el hachazo en mi pecho

 

Ayer tuve ganas de perderme

por el hachazo en mi pecho

 

Ayer recordé a Jorge,

y lo que un día me dijo al oído

 

Ahorcar mis entrañas anhelo

Ahorcar mis entrañas anhelo

Ahorcar mis entrañas anhelo

Ahorcar mis entrañas anhelo

Ahorcar mis entrañas anhelo

Ahorcar mis entrañas anhelo

Ahorcar mis entrañas anhelo

 

Ayer recordé a Jorge y lo que me dijo

cuando se retiró de mi oído

 

siete son los días de la semana

 

Ayer pensé en Jorge y sentí

un vacío en el estómago

 

Siempre me pregunté si estaba loco

lo consideraba desdichado

una persona desdibujada

llena de zonas grises

 

Ayer escribí para ti lo siguiente

 

construiré un altar

para que incineres ahí

mi retrato

 

si es que viene la guerra

y me desintegran

 

Ayer hice un avión de papel con ese manuscrito

 

Ayer escribí tu nombre en un alerón

tu dirección de Facebook en el otro

 

Ayer quise ir a verte

darte el avión

y todas las cartas que te he escrito

que son bastantes

ya más de cincuenta

 

Ayer pensé que

es mejor dejarlo así

 

Entiendo que te hayas ido

 

Yo soy monstruoso;

tal vez me descubriste así

en mi forma natural

y te asustaste

 

pero te echo de menos

quiero verte

 

coger contigo

 

nada me fascina

más que eso

 

sentir cómo te vienes

cómo me salpicas

 

después

verte durmiendo

escucharte roncar

 

Ayer me sentí

profundamente triste

decidí no escribirte más

 

Ayer imaginé a los poetas policías

burlándose de esto a carcajadas

 

Ellos son perfectos

bellos y muy buenos, casi santos

 

jamás se rasparon las rodillas

jamás tendrán un error

 

Qué se le va a hacer

si a ellos Dios los besó

y a mí me lanzó un escupitajo

 

Qué se le va a hacer

si a ellos Dios los hizo así,

policías conservadores,

apóstoles del buen gusto

 

y a mí me dio encomiendas en el rastro

 

liquidé reses, cerdos, aves

 

con mis manos

 

Está bien si se burlan

Está bien si son jueces despiadados

 

Ayer recordé a Rogaciano

el perro que se tragó a tu gallo

 

Tu abuelo te regaló un gallo

Le pusiste de nombre Chaparro

 

El gallo se hizo mejor amigo de un pato

y eso te hacía gracia

 

Tu tío llevo el perro a tu casa y no lo ató

bajaste al patio y se estaba tragando a tu gallo;

 

qué curioso suena esa palabra, Rogaciano

 

Ayer pensé en mi madre

 

La recordé persignándome

en los portones del jardín de niños

 

qué bonita era

qué sonrisa tan hermosa tenía

 

la extraño muchísimo

me duele que se haya ido;

ya nunca la veré otra vez

me odio por no haberme ido con ella

 

Ayer, durante el almuerzo

discutí con mi papá; lo amo mucho

no entiendo por qué peleamos así

 

Cada que sucede me siento una mierda

o peor que eso

 

Podría morir luego de una de sus caricias

nada me tranquiliza más que eso

aunque él, por lo regular

evita el contacto físico conmigo

 

Ayer soñé a mi hermano muerto

Llevaba años sin aparecer en mis sueños

Me abrazó, me pidió unos cigarros

y se despidió diciéndome que acamparía en un balneario

 

Le pedí que no se fuera

Le dije que me preocupaba,

que podía ahogarse,

que me dijera dónde vivía

y por qué se había ido

 

Intenté retenerlo, tomándolo del brazo

pero su cuerpo era de vapor

donde él estaba quedó un charco

 

Desperté ciego, temblando de zozobra

 

Ayer soñé a mi madre

Todo su cuerpo

era de luz amarfilada

 

Me levantó del suelo

y me dio un beso en la nariz

 

Todo mi cuerpo lloraba

y las lágrimas que escurrían de mí

eran como ella, de luz amarfilada

 

Ayer platiqué con una tortuga calva, enorme

Me decía lo siguiente

 

Hola, mi nombre es Sinéad O’ Connor

nadé hasta aquí desde Irlanda

 

Llevo más de cincuenta intentos de suicidio

y puede ser que le haya heredado

ese patrón de conducta a mi hijo

 

Su nombre es Shane

 

Escapó del psiquiátrico solo para

ahorcarse aquí, en este bosque congelado

 

La prensa internacional quiso castigarme

Yo, hábilmente, responsabilicé al hospital,

por no tener un sistema de seguridad eficiente

 

Ayer me soñé asfixiando manatíes

y se sentía muy bien

 

Ayer tuve valor, me até el cinturón al cuello,

salté, descansé del hachazo.

 

 

Imagen: Julia Soboleva