Delirio oro
tala en cara lívida, plenilunio
sin drama
la insistencia del ábside
caer en un paraje que retorna
en ruinas de pétreas arboledas, bailo
la nube del cerezo se abrasa;
el aire es un escarpelo que ríe
[la siembra de la tempestad, todo el frío]
latir noche
latir norte
retumbar
[la maquinación de lo emotivo
está en los dibujos de una serpiente]
viajo y recibo
un testamento abierto:
“nadie se salva”
brincan uñas encima
alguna vez miré al Sol:
todos los cuerpos conmutaban
el trote de un cielo de caballos
enciende mi inocencia
tantos rostros en los brazos del fuego
entre sordas revueltas
copos de silencio
s e d e s p l a z a n
m i s
s i g n o s
fondo de fieras,
dormir liviano
[esa penumbra sin señas]
mi sal adentro
miro sin regocijo
la última hoja:
el amanecer arde estático…
“Delirio oro”, en Tangram, Vitrali Ediciones, 2023
Aldo Vicencio
Imagen: Stefan Johansson