
la noche que tom waits fue telonero de frank zappa & the mothers of invention (le ofrecieron un contrato de otoño a verano para calentar el ambiente del show estelar)
tom tocaba esas baladas amargas como whisky
y la gente enardecida lo abucheaba
gritando we want frank we want frank
-su rostro era una aldea incinerada por napalm-
el único que escuchaba esas canciones era frank
emocionado en la orilla del escenario
moviendo los hombros al ritmo del piano
con una mirada de veterinario
que revisa la dilatación de una vaca
y cuando frank subía al stage
los aplausos duraban minutos
y los coros se convertía en una misa carismática
que le daba nuevas formas a las nubes
tom no entendía como un grupo de idiotas de pronto se hacía inteligente
por eso aún sueña que su piano empieza a arder
y el público lo rodea con antorchas
y lo arrastra de los pies bajándolo del escenario
gritando we want frank we want frank
mientras frank mueve sonriente sus caderas al ritmo del fuego
(del libro: el buitre moteado alcanzó el vuelo de mayor altura cuando chocó con un avión a 11 277 metros confirmando que la libertad es una metáfora)

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