¿SABE USTED CUÁNTO CUESTA MORIRSE?
El vocalista murió en el escenario
después del abrazo de una admiradora mojada
y un corto circuito.
El bajista murió en el concierto de Tokio
por una gripe cualquiera
después del mejor de los tiempos
bailando y tantas presentaciones
y tantas versiones
y ya nadie se muere ahora
todos vivos y coleando
como el cactus que me tomaba del vestido y respiraba conmigo
jadeante como yo
incansable, redondo, en peligro,
muriendo a la sombre de sus flores iridiscentes.
El futbolista murió en la cancha
de un infarto fulminante
y el gol de la victoria mató al portero.
El abogado murió tras el pago de honorarios.
La hermana murió en el asalto.
El pastor murió convertido en dios
y descansa en un cofre de cristal
embalsamado químicamente
exhibido en lo alto de aquella torre dorada
que puede ver desde aquí abajo.
La casa voló con el tornado y cayó encima de la bruja
salvando sus zapatos rojos.
El camino amarillo resultó un laberinto
donde un loco con un hacha persigue a su familia.
No sea usted ese loco: no se muera sin antes
pagar por la supervivencia.
Tengo otra historia para que usted me compre
¿sabía que se vende más si se cuentan historias?
Es que así el cliente recuerda
que debe tener una casa para su descanso eterno.
No se resfríe, ¿sabía usted que un estornudo es casi una muerte?
No se puede respirar, el corazón se detiene.
Puede quedar así para siempre. No se arriesgue
aguante el aliento
su recibo ya no tarda.
La impresora murió
pero el cargo ya está hecho.
No se preocupe: su muerte está asegurada
esto no es Haití, aquí los muertos tienen casa
y nunca se levantan
aunque se aparecen bailando cada tanto
cubiertos de hongos que animan
y lo invitan a abrazar a cualquiera.
Es casi amor, le aseguro
que casi no va a notar la diferencia
mientras no se acaben los químicos.
(Parte inicial borrada)
Del plato a la boca se cae la casa
y lloré el mismo día de felicidad y decepción
y le cuento de mí para que no tema: prevenga.
Con dinero baila el que no lee las letras pequeñas
y borrosas por la presbicia.
Baila la casa conmigo y mis dedos y la psilocibina
con la alegría inédita de la primera dosis.
Bailan los ojos cuando se va del cuerpo
y el amor a las personas se convierte en esperpento.
Baila el dolor para que se vaya
levanta las manos y aplaude.
EL PRECIO JUSTO
En 1988, en España
un tipo
rechazó el mejor regalo del mundo
porque era para otro
mundo.
Un viaje en cohete a realizarse en
1992, el año en que esa otra madre
patria celebraría siglos
de algo
impor-
tante.
Lo vi adivinar
la cifra en vivo
y rechazar el premio
por el que yo hubiera dado
cualquier cosa
y la di.
No le sería suficiente
la paciencia y eligió el auto
seguro
de que habría de disfrutarlo
yo sigo esperando.
No chocó ni nada, no hay moraleja ni viaje
a la luna en cuatro años: de aquí
nadie salió
ganando pero todo es
risas y helio
tropos.
EL ORDEN DE LOS NUCLEÓTIDOS DEL ADN (GATTACA)
Esta es la síntesis de la vida: carbón.
Lo que recibió mi madre en navidades por ser una niña que no lo parecía:
rebelde, grosera y no se callaba nunca.
“Este fajo es para pegar”
fue lo primero que escribió mi padre
en el artículo de piel dura que marcaba la suya cuando se portaba mal
cuando, por ejemplo, escribía en las cosas útiles
manchándolas con ideas infantiles.
GATC, en su caso, fue ataca a la gata
que corta las posibilidades
de una vida plena
si se equivoca de lugar.
Marca la fecha en que será castigado
CATG como el sonido gutural al recibir fajazos y contarlos
porque así pasa más rápido el tiempo
que TAHGC
GACT no D no H
pero todos al aro
Esto lo explica todo: fue, discúlpennos, un error de copia
las réplicas, ya lo saben, nunca son perfectas
si lo fueran no estaríamos hablando de esto
que ahora ignoro, pero aprendí
gracias a ustedes, carbones.
Gracias por nada, porque eso
sí que es algo
nunca visto.
¿Qué tanto es tantito?
Sólo es una letra, un gen, uno solo
escríbelo mal y tienes un trastorno del neurodesarrollo
o una bella imagen en la portada
sobre la pared de un adolescente que envejecerá, con suerte,
la suerte echada,
como vaca, en el jardín que mastica
tantas veces
y a diferencia tuya
finalmente digiere. Ella
no se equivoca y, en síntesis, MU, MU, MU: lo irresoluble.
Resulta que A no era C y por más que intentes, poeta,
ya no hay aciertos que valgan.
MAQUILLAJE DE OCASIÓN
Como en las caricaturas
mi piel se desprendió y mi esqueleto
quedó a la vista.
Todos los demás
estaban desnudos
con la cara puesta.
Imagen: Erik Thor Sandberg
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