la historia comienza así:
un sujeto en un cuarto familiar
repasa una y otra vez
el patrón gráfico de su cerebro salpicado en la pared
una sandía
planteamiento del problema:
una mujer de edad madura
le habla con cariño a un ave
como si fuera un hijo
un nieto
o un sobrino cuando menos
clímax:
el sujeto se amarra una corbata de forma sospechosa
desenlace:
la historia comienza así:
un par de adolescentes copulan
*
correr contra la pared
esa sensación
de un parpadeo arrítmico en la ceja
ayer me enteré que el oso había muerto
cuando lo encontramos estaba hundido en una zanja
llevaba un día sin vida
su boca hervía de insectos
se infló y se infló y no daba ternura
daba asco
me aterran las paredes rústicas
no puedo ni pensar en mi piel acariciando la textura
presiento una pared de acabado mate
la infinita tranquilidad de una pared blanca
tomar vuelo
levantar la cabeza
pegar la carrera
encontrar la pared de pronto
*
ver videos y fumar opio
sentarse perplejo frente una pantalla
fumar opio
ver videos en youtube
observar por la ventana la lluvia
el agua sube en la costa de la banqueta
un hombre
guarecido en la parada del camión
atrapado en una isla en medio del torrente que es la calle
el nilo
el hombre y la terrible tragedia cotidiana
reír reír
respirar reír
fumar opio
opio
apio
*
hey hunter
¿ves las luces en la noche?
¿me ves llegar medio muerto
extraviado en resplandores y dunas?
tus ojos de gato
especialista en sombras
hey hunter
se trata de las pupilas
deben ser grandes ¿verdad?
para abrazar la luz
es que déjame decirte
hunter
nací medio muerto
*
las cosas se han puesto raras últimamente
ayer G me escribió para preguntarme por el muñeco de peluche que me hizo
no sé qué pasó con él, le dije
lo rompiste, arrebató
lo despedazaste comenzando por la cola
le sacaste el relleno
pero no lo quemaste
anhelar el tiempo en que fuimos jóvenes
jóvenes de verdad
cuando sentíamos que la vida era una autopista al frente
y el disparo de salida no había quebrado el aire
no hay historia que contar
el tiempo, con el tiempo, se deshoja
como uvas sin racimo al fondo de una palangana
la sensación fría de estar parado
detrás de una línea de cocaína
sin conocer el mundo
Del libro Vías respiratorias, de próxima aparición.
Alan Vargas Mariscal (Oaxaca, 1992). Editor y escritor. Ha publicado Rorschach (Cuatro triángulos, 2018), Código fiscal (Edición de autor, 2016), Poesía mexicana (Elefanta ediciones, 2015, II Premio Nacional de Poesía Joven Alejandro Aura-Secretaría de Cultura de la CDMX) y Migrar a unomismo (edición de autor, 2014, primera edición, luz & sonido/FONCA, 2017, segunda edición; mención honorífica en el I Premio Nacional de Poesía en Voz Alta-Casa del Lago, UNAM, 2015).