Santiago Astrobbi Echavarri. Notas preliminares sobre Estridentópolis

 

Notas preliminares sobre Estridentópolis

 

En Estridentópolis habrá sitio para todos los poetas, incluso para los pacistas, aunque es posible que tengan una colonia particular, que luego podría aunarse con las demás colonias, pero sí deberían habitar este purgatorio ameno, sin malos tratos ni vejaciones ni fuegos eternos. Los miembros de los “ismos” vivirán en calles con ángulos imposibles y nubes errantes. Nosotros ocuparemos el centro de la escena.

El generalísimo Luis Carvajal, que no es obregonista ni priísta, que tampoco es del todo cardenista ni carrancista, pero que de todos ellos mamó algo, estará a cargo del financiamiento y de la dirección del proyecto, será nuestro Vasconcelos. Ya están asignadas las parcelas, eso lo sé, de eso puedo dar fe. La repartición será justa. Hay plazas incluso para los poetas campesinos encabezados por Álamo. Hay plazas in memoriam para las sorjuanistas, que de no ocuparse por completo, se convertirán en santuario de oración y rito. Hay plazas incluso para los real visceralistas, aunque esos no creo que aparezcan.

La biblioteca superará en tamaño y ambición a la de “Tlon, Uqbar, Orbis Tertius”, a la de Babel, a la de Alejandría. Estridentópolis contará con su propia facultad de bibliotecología; los estudiantes, nacidos y criados allí, solo beberán agua de limón con chia hasta los doce, infusiones de flores de Bach hasta la adultez, nunca alcohol ni grasas, ni verán televisión, claro, porque el generalísimo se encargará muy bien de que esos no entren a nuestro paraíso. Los bibliotecarios educarán a sus reemplazantes con esmero vital, con incansable devoción, indicarán la ubicación de las primeras ediciones, de los libros sagrados, de los ocultos. Marcarán con sus botas un surco en los pasillos que sus hijos retomarán y luego los hijos de estos, y luego sus nietos.

El generalísimo ya está tramitando la compra de jirafas de la Kenya, de leones de la Siberia, de micos de todo el Asia. Habrá xolos, pavos reales, ciervos. Los axolotes rebozarán en sus estanques y arroyos, habrá truchas, cisnes y garzas. Habrá plantas florales y árboles frutales de los cinco continentes, y rocas de las montañas más altas de la tierra. No habrá excusas para no escribir, eso sí que no.

 

 

 

Imagen: Fortunato Depero

 

 

 

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